Natural de: Altsasu
Fecha de nacimiento: El 2 de julio de 1905
Lugar de residencia: Altsasu
Cónyuge: Alejandrina Elorza
Hijas/os: Kontxi, Juan Luis, Juana Mari
El día 19 de julio de 1936 salió de Altsasu junto a varios compañeros. Según nos cuenta su familia, «Él estaba segando en la zona de Dermau, cuando le avisaron para salir, diciéndole iban a detener a las personas de izquierda. La familia estaba inquieta ya que pensaban habían ido hacia la sierra de Urbasa, pero a los dos días les dicen que habían pasado por Ataun».
En el frente cayó gravemente herido, al igual que otro compañero suyo, el 7 de abril de 1937 en Iurre (Bizkaia).
Su hija Kontxi nos dice: «Son recogidos en una furgoneta y trasladados al hospital de Basurto. Su compañero muere y él tenía el brazo izquierdo colgando, teniéndole que amputar».
Recibieron una carta dirigida a la familia por mediación de la Cruz Roja Internacional; les daba algún dato de su situación: «Abrazos para ti y Conchita y que estoy bien…»
Al poco tiempo, varios heridos fueron embarcados y trasladados a Francia: «En el viaje hasta no entrar en aguas francesas no les dejaron ni fumar, ni hablar debido a la máxima tensión existente en la zona».
En Francia vivió cuatro años como refugiado sin poder estar con su familia. La foto de su hija KontxiConchi Mendia Elorza la tenía siempre a su lado. Según ella, «Le llamaban el navarro, ya que convivía con guipuzcoanos y vizcaínos. Mejoró su nivel de euskera ya que fue su lengua durante toda su estancia en territorio francés».
Sobre el año 1941, Jacinto y un grupo de compañeros se personaron andando y tapados con unas mantas en la frontera. Su mujer y su hija le estuvieron esperando en Irún durante nueve días y, ya en el mismo puesto fronterizo, su hija Kontxi, de tan solo 5 cinco años, acudió a su encuentro.
Persona de gran entereza y dignidad, a pesar de tener tan solo una mano se defendió perfectamente en todo tipo de tareas. En el hospital de Basurto, tras haberle amputado un brazo, le dijo a una monja cuando le estaba intentando poner unas botas, «¿Vas a venir conmigo a todos los lados? Pues entonces déjame, lo hago yo.»
Ver su mujer: Alejandrina Elorza Artza
Ver su hija Conchi Mendia Elorza
Ver : Relación de Personas A Destacar
TESTIMONIO DE SU HIJA CONCHI
«Me acuerdo perfectamente cuando mi padre llegó a la frontera. Pasando un puesto, las personas que estábamos esperando enseguida nos percatamos de que era él por la falta de su brazo y las autoridades solo me dejaron pasar a mí. En el puesto internacional de Irún, en un puesto de madera, mi padre que venía con una manta y una vieja maleta; suelta la maleta y me coge en sus brazos. Un compañero de Jacinto le dice a otros compañeros: ¡Mira, la hija del navarro! me conocieron por la foto que él tenía.
Estando mi padre en Francia, a mi madre le negaron el salvoconducto para ir al hospital de San Sebastián a una consulta, argumentando que quería pasar a Francia donde su marido.
Cuando mi padre tenía que ir semanalmente al cuartel de la Guardia Civil como numerosos altsasuarras, solía ir sin que yo me diera cuenta para no asustarme.
Cuando se producían las tomas militares de poblaciones importantes por parte del ejército golpista, las familias tenían que poner la bandera española, pero mi madre se negó y no la puso, algún vecino le comentó que le podían meter en la cárcel y ella dijo “si me llevan me es igual y a mi hija ya le criarán”.
Yo, al tiempo, decía que para nosotras no había acabado la guerra. En casa, así como en la casa de otros represaliados, las pequeñas éramos un compromiso, es decir, que si comentaban ellos algo, nosotras lo podíamos decir afuera y poder tener problemas.
En la escuela alguna vez nos llevaron al Congreso Eucarístico de Etxarri Aranatz.
A mi padre jamás le atamos un cordón de los zapatos; se organizaba perfectamente ante cualquier cosa a pesar de faltarle el brazo izquierdo»
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